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viernes, 9 de septiembre de 2016

La garçonniere

El título de este tango refiere a un bulo o cotorrito, en francés, como también se estilaba hace años. Francisco Canaro y Juan Andrés Caruso, esa yunta que tantos éxitos aportó al cancionero porteño, crearon el tango que Carlos Gardel inmortalizó, llevándolo al disco, el 20 de abril de 1924, acompañado en la ocasión por la orquesta de Pirincho Canaro.

Hoy me detengo en esta obra por su contenido absolutamente festivo, invitando a gozar la vida sin parar, en una bohemia continua, total. Del principio al fin la letra de Caruso habla de esa farra corrida.

Vengan todos a oir esta milonga                          
la milonga de nuestra juventud.
Vengan todos muchachos, que yo invito
y diviértanse, pues, a mi salud.
Beban mucho, no importa que se gaste,
tengo plata y la quiero derrochar,
que la vida es corta y es preciso
alegrarla con tango y champán.

Tal vez  Juan Andrés Caruso tuviese motivos íntimos para expresarse así. Carlos Gardel, nacido apenas dos meses después que el poeta, le grabó nada menos que 39 obras, muchas de ellas escritas con Canaro. Su infancia fue bastante triste pues quedó huérfano de pequeño en La Plata, era el menor de los tres hermanos y se fueron a instalar en distintas casas de familiares, en la capital, como le sucediera a Discépolo. Un amigo le hizo frecuentar el teatro, iban contratados como claque y como este amigo le sustrajese algún objeto a Lola Membrives en su camarín y tuvieron problemas, decidieron irse lejos y se subieron a un tren, apareciendo en Bahía Blanca, a 630 kilómetros de la capital.

El destino quiso que el pequeño Juan Andrés entrase en una imprenta a pedir trabajo, su dueño se encariñó con él y no sólo lo empleó, sino que lo acogió en su casa. Así comenzaría el romance del futuro hombre de teatro y fogoneador de tangos famosos, con la linotipo. En La hoja del pueblo, un pequeño periódico local, propiedad del mismo Juan Francheti, encontraría su vena. Porque con el tiempo sería periodista en redacciones importantes de Buenos Aires, comenzaría su vocación de autor teatral y dibuja su primer tango con Pirincho Canaro, que era vecino del barrio donde se había instalado, en San Cristóbal. El tema fué Cara sucia, que tuvo mucho recorrido.

                                             


Concibió temas con numerosos músicos, pero con el mayor de los Canaro metió 28 obras, de las cuales algunas siguen sonando fuerte en milongas y programas radiales: Destellos, La última copa, Se acabaron los otarios, Sos bueno vos también, El taita ladrón, Desengaño, A mí no me dén consejos, Mi amorcito, La brisa, Sentimiento gaucho y otros, entre los que destaca el que traigo hoy a la palestra.

Caruso, casado con la actriz Elvira Quiroga, sufrió mucho las largas ausencias de ella en giras y filmaciones, y tempranamente le atacaría un mal que fue desmejorando su estampa elegante. Alto, de buen porte y presencia, seguramente por herencia familiar, en la década del veinte comenzó con sus penurias físicas. Considerando que murió en 1931 con apenas 40 años de edad y que La garçonniere lo hicieron en 1924, cuando contaba 34, es posible que su estado lo llevase a escribir así:

No importa si es falsa esta alegría,                           
necesito mi alma emborrachar,
y es por eso que, amigos, esta noche
una orgía de amor les quiero dar.
Apuremos de un sorbo nuestras vidas
que mañana muy tarde ya será,
pues la vida es tan frágil, mis amigos,
como es frágil la espuma de champán.

El supuesto canto a la alegría inicial va descubriendo su mensaje amargo. Sobre todo en la estrofa final, cuando la bohemia deja paso a un estado del alma.

Sigan muchachos, la farra,
no se cansen de bailar,
tomen, nomás, cuanto quieran
que yo lo voy a pagar.
Toda la plata que tengo
en milonga gastaré,
porque mañana quién sabe
quien sabe lo que seré.

Francisco Canaro lo llevaría al disco el 5 de agosto de 1931, 5 meses después del fallecimiento de Juan Andrés Caruso, en dos versiones. Primero con Charlo y a continuación con Ada Falcón, el mismo día. Pero resulta que el tema tenía un subtítulo: Pancho Almada está de fiesta, y quizás como homenaje a su gran amigo y compañero,  lo grabó con este título el 26 de octubre de 1950, y un pequeño preámbulo a modo de glosa en la voz de su cantor, Mario Alonso.

                                                   


Tengo todas estas versiones pero escojo la de Gardel con la orquesta de Francisco Canaro y la última con el título distinto.

La Garçonniere - Carlos Gardel-Fco. Canaro

Pancho Almada está de fiesta- Francisco Canaro-Mario Alonso

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