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viernes, 8 de abril de 2016

Nostalgias

Este maravilloso tema que ha dado la vuelta al mundo y ha integrado el repertorio de cantantes de todo pelaje y lenguas, fue creado en 1936 y vale la pena recrear la historia de nacimiento del mismo, contada por el propio autor de la letra: Enrique Cadícamo.

   -El  empresario del Teatro Smart, don Alberto Ballerini, me había encargado una comedia con intercalaciones de tango, las que, dos semanas después terminé con el título "El cantor de Buenos Aires".  

Cobián había llegado muy oportuno para colaborar en la misma. Miramos juntos el libreto para sacar los cantables y solos de música que iba y que había que escribir. Dos días después los escuchábamos con el empresario, quien aprobó todos, observando solamente uno  de los tangos por hallarle cierta impopularidad en una novedosa e inspirada cadencia que llevaba el refrán; efectivamente, a Cobián se le había ido la mano en éste, al que yo había titulado Nostalgias.

                       
           


Le pedí entonces que suprimiera la cadencia que a mí me parecía muy original pero difícil para Roberto Páez, que era el cantor de la obra.
Cobián, con modestia -el género de orgullo que menos desagrada-, me respondió sonriendo:
-Le haré otro...ése queda así como está..

La orientación de este maestro siempre chocaba a los espíritus vulgares pero anticipaba la renovación del tango. De un día para otro compuso un nuevo tema al que le adapté la letra, titulándolo con el mismo nombre de la obra: "El cantor de Buenos Aires". En cuanto al otro, titulado Nostalgias, quedó para mejor oportunidad...


NOSTALGIAS. Música de Juan Carlos Cobián. "Un tango que Buenos Aires no olvidará jamás" (Ediciones Internacionales Fermata)

   A los pocos meses (estamos en 1936) Cobián es solicitado por nuestro amigo Emilio Rossi, hombre vastamente conocido y apreciado en los quehaceres de la radiotelefonía, para inaugurar  una lujosa boite en la calle Florida, casi esquina Charcas, donde anteriormente había funcionado la prestigiosa sala de recitales y música de cámara "La Wagneriana". La ostentosa boite se llamó: Charleston.  (...)

En Charleston estrenó (Cobián), en la voz de Rdríguez Lesende, aquel tango rechazado en mi obra del Teatro Smart, al que yo ya le había adaptado letra titulándolo Nostalgias, y que los habitués le hacían repetir hasta el cansancio.

                                           
Antonio Rodríguez Lesende

 Charlo, nuestro amigo y en aquel entonces el máximo cantor de moda, se llevó un manuscrito y lo estrenó en Radio Belgrano con un éxito tan sorprendente que no tardó en volcarse en la calle como un encendido reguero de pólvora, desplazando a algunos otros tangos que ya habían comenzado a popularizarse. Entre ello, unos muy inspirados de Francisco Canaro, que había estrenado hacía muy poco tiempo en su obra teatral titulada: La patria del tango. No quedó una sola canción capaz de detener la exitosa furia de Nostalgias, que aún permanecía sin editar.

Una noche apareció por Charleston el joven Lebendiguer, a preguntarnos si estábamos locos para no editar ese extraordinario éxito. Realmente, este descuido nuestro nos había hecho perder miles de pesos. Nuestro editor se llevó esa misma noche el manuscrito y 48 horas más tarde los ejemplares empapelaban todas las casas de venta de música y las orquestas se disputaban el estreno. (...)

                                             
En una oportunidad que Cobián desde el piano terminaba de hacerle escuchar Nostalgias a nuestro amigo, el cantor Agustín Magaldi, éste, desde su muy singular punto de vista, nos preguntó con asombrada incredulidad: ¿Y eso es un tango?... Era de esperar que esta melodía que ya era un insólito éxito, chocara cruelmente contra el gusto artístico del creador de El penado 14.



El número tuvo la virtud de producir algunos comentarios: "Nostalgias dejó triste a todo Buenos Aires...". Comenzaron a correr algunas curiosas versiones sobre el autor. Unos afirmaban que en aquella canción dislacerante, yo había querido reflejar mi desventura plagiando mi propio drama de amor frustrado, por una cruel tormenta emocional. Otros sostenían que había llegado a conocer en carne y hueso a la inspiradora. A nadie se le ocurrió pensar que sólo fuera una de aquellas lejanas reminiscencias sentimentales que a veces suelen aparecer  de prono en nuestro espíritu como fantasmas.

Para terminar con toda clases de sospechas, Nostalgias fue dedicado a nuestro amigo, el dueño de Charleston, don Emilio Rossi. El flamante y joven editor no se daba descanso. En muy corto tiempo, editores de prestigio en Europa y Estados Unidos habían contratado las sub-ediciones Salavert en París, Peter Maurice en Londres, Chapell en Nueva York. Sólo una música es capaz de hacer conocer a un pueblo.

Su éxito había dado como resultado la piedra fundamental de la Editorial Fermata en Buenos. Aquel tango nos transformó en los autores de moda".

                                   Enrique Cadícamo (El desconocido Juan Carlos Cobián, Editorial Rueda)

Nada mejor que acompañar esta célebre página y su historia con la hermosa creación que hiciera de Nostalgias, Charlo, con su interpretación. Lo acompaña su propia orquesta.

01- Nostalgias - Charlo

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