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sábado, 5 de septiembre de 2015

Sueña el fueye...

Así arrancaba Homero Manzi los versos evocativos del tango Tal vez será  su voz. Y en este como en tantos poemas musicales que registra el tango a lo largo de su andadura, flotan historias, remembranzas, encuentros y desencuentros que se producen en el desfile de las parejas por la pista. La milonga es un muestrario de personajes, de sentimientos y la música le pone el condimento esencial para que se desarrollen esos novelones, por la pasión que que anida en las milongas.

La experiencia es un grado, y tantos años disfrutando a tope en esas pistas convocantes nos permite ver de primera mano todo el entramado que bulle en el encerado, y fuera de él. Y aunque solamente nos lleve el afán de bailar y disfrutar a pleno la maravilla del tango bailado, como cronistas de sucesos, sabemos que también acechan los romances presentes o vividos, como lo expresaba Manzi en este hermoso tango que compuso con Lucio Demare.

                                   


Sueña el fueye, la luz está sobrando,
se hace noche de pronto y sin querer
las sombras se arrinconan,
evocando a Griseta, a Malena, a María Ester.

Las sombras que esta noche trajo el tango
me obligan a evocarla a mí también.
Bailemos que me duele estar soñando
con el brillo de su traje de satén.

Sí, estas cosas pasan, pero también es cierto que en la época de oro del tango, allá por los cincuenta los aspirantes a milongueros eternos sólo queríamos vivir la fiebre de bailar, bailar y niente piú. Y hablando de este tema, esta noche en BIEN MILONGA, le sacaremos punta a nuestra eterna afición. De 21 a 0.30 hs, en la Casa de Aragón, en su salón con piso bien lustrado para poder dibujar a tutiplén. Está en la Plaza República Argentina nº6 y será como siempre una velada con música genial.

Y, de paso, cañazo, vamos a visitar otras pistas del mundo. Por ejemplo en esa hermosa capital de Austria, la Viena imperial, en una milonga llamada Tangobar, los vemos a María Filali y Daniel Carlsson bailando Cascabelito, por Osvaldo Pugliese, cantando Jorge Maciel.

                                

Me doy una vueltita por otra capital, la de Suecia, y en Estocolmo me encuentro a Sara Westin y Juan Pablo Canevire, bailando la milonga Ella es así, interpretada por el quinteto argentino  El cachivache (con ese nombre, ¡argentinos tenían que ser...!)


                                         
Y de ahí me desplazo a Gran Bretaña y en un Festival en  Ardingly -Sur de Inglaterra-, los vemos al gordito Aoniken Quiroga (medio peladito)  y la gran Alejandra Mantiñán (¡Con el pelo negro!), haciendo este doblete: Primero el tango: Mi dolor, por Juan D'Arienzo con el cantor Osvaldo Ramos y a continuación  la milonga Parque Patricios por Francisco Canaro y la voz de Ernesto Famá.

                                        

¡Uy Dioca...! si ya se me están volando los remos debajo de la mesa. Esto es un masaje en el cuore y un aperitivo genial para la milonga de questa notte.

3 comentarios:

  1. La lectura de este hermoso recuerdo de Demare y Manzi, y el muestrario de la difusión que tiene el tango en el mundo, me recuerda con tristeza y nostalgia por la mención hecha que hace muy poco falleció Osvaldo Ramos, uno de los últimos cantores de Dárienzo, que reemplazó a Jorge Valdez, haciendo una muy buena versión de "Remembranzas".

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  2. Sí, lo sabía. El tango está sugriendo muchas bajas y es una eerdadera pena. Aunque no era éste el sitio exacto apra recordar a Ramos.

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  3. De acuerdo,pero al leer estas lindas historias que escribís, me vino el recuerdo de Osvaldo Ramos, y solo por eso lo mencioné. Gracias.

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