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sábado, 20 de julio de 2013

Cadícamo y Mores

Los tangos, como cualquier otro género musical, se pueden realizar escribiendo los versos sobre una letra ya escrita o viceversa. Para ejemplificar el primer caso, bastaría con citar a los dos tangos más conocidos que son La cumparsita y El choclo, obras de Gerardo Matos Rodríguez y Ángel Villoldo, respectivamente, a los cuales posteriormente le adosaron versos Pascual Contursi (el tango de Matos), y Juan Carlos Marambio Catán (1930) y Enrique Santos Discépolo (1946), el de Villoldo.

Mariano Mores (Martínez) fue un compositor genial, tanto realizando temas puramente instrumentales como con versos de poetas conocidos. El pianista de San Telmo, que el 18 de febrero cumplió 95 gallardos años y va en camino de superar al longevo Cadícamo confiesa que a él le interesó hacer siempre una música internacional que no estuviese sumariamente anclada al localismo porteño. Basta escuchar las grabaciones con su orquesta o haberlo visto en directo para comprobarlo.
                                         
Marianito Mores
Enrique Cadícamo que fuera tanto o más dandy que Marianito, y que viajó por el mundo, se quedaba empero con la borra de la noche y los costumbrismos a los que les sacó tanto jugo. Me encanta particularmente la última estrofa de Tres esquinas, que es toda una pinturita del barrio de Barracas y de tantos sitios similares: "Nada hay más lindo ni más compadre / que mi suburbio murmurador, / con los chimentos de las comadres / y los piropos del Picaflor."

Contaba Enrique de aquellas tenidas nocheras y de cuando se reunían invariablemente en La Confitería La Real, de la calle Corrientes después de las diez de la noche:  Cátulo, Troilo, Cobián, Razzano, D'Agostino, De Caro, Tito Lusiardo, Luis Visca, Carlos de la Púa y "el entonces imberbe" Mariano Mores. En esa selva de anécdotas y ocurrencias, siempre se mentaba a Canaro y Mores nunca intervenía si lo "criticaban"-generalmente en forma risueña-, dado que era el pianista de su orquesta. A esa confitería y a aquellas reuniones, las cita en un poema el mismo Cadícamo:
 Confitería de ambidiestros,
de Corrientes y Talcahuano.
Nosotros somos los maestros
y de la Púa el gran decano

                                                    
Cadícamo, que fabricaba poemas como si fueran panes, le entregó una noche a Marianito, unos versos a los que éste les pondría música. Era en 1939, cuando Mores ya militaba en la orquesta de Canaro y tenía apenas 21 años. Se llamó: ¿A quién le puede importar? y fue grabado primero por Francisco Lomuto, el 19 de diciembre de 1939, cantando Fernando Díaz y a continuación lo hizo Canaro con la voz de Ernesto Famá, en enero de 1940. Años más tarde, Cadícamo lo convencería a D'Agostino para que lo tocase, y efectivamente terminó siendo una recreación del binomio de los Ángeles, y lo grabó la orquesta con Vargas el 7 de agosto de 1945.

                                       
Enrique Cadícamo
Mores ya era un compositor de fuste que tenía varios éxitos en el candelero y que ejecutaban la mayoría de las orquestas. Cinco años más tarde encuentra en el café con Cadícamo y éste le dice que tiene otra letra y al día siguiente se la alcanza. Mariano tardó unos días en encontrarle la vuelta pero le salió otro tango de los que se guardan en la memoria auditiva. Se llamó Copas, amigos y besos. Francisco Canaro lo grabó con el cantor Carlitos Roldán  en noviembre de 1944 y un mes más tarde lo haría Troilo, cantando Alberto Marino, el 19 de diciembre de 1944. Ya estaba José Basso en el piano de la orquesta luego del alejamiento de Orlando Goñi. Y...otro golazo del binomio.

                              


Y traigo estos temas de la sociedad Cadícamo-Mores porque casualmente no le gustaba al compositor, ese porteñismo que flotaba en los versos  de los dos tangos. Por eso él prefería realizar primero la música,  y dársela a un poeta para que escribiese sobre la misma.  Decía que estos dos con Cadícamo tenían un tinte localista, lejos de la órbita internacional en que situaba sus composiciones. Y que, por eso le había costado. Pero, a ver quién se anima a decir que no se trata de dos tangazos. 

                                 
Vamos a repasarlos. Primero la versión de Canaro-Famá, de ¿A quién le puede importar?. Y a continuación: Copas, amigos y besos por la dupla Troilo-Marino.

Y las historias que encierran. 

 A quien le puede importar - Canaro-Famá

054- Copas amigos y besos - Troilo-Marino 

1 comentario:

  1. y... de la conjuncion de cadicamo el mas prolifico autor con mas de quinientas obras y uno de los mejores melodistas de america m mores no podian salir cosas mediocres y si ademas se las interpretaban esos nenes bue... ahora le digo amigo ,chismes de algunos musicosvea- mores se dice era asiduo visitante de e.delfino y mas cuando este estaba ya ciego y el viejo en el piano pergeñaba dispersas melodias y le pedia a mores que se las anotara en papel pentagramado ,para no perder la linea del lei motiv esencial, y dicen que de todo eso mores sacaba algun redito de la inspiracion de delfino,repitp chusmerio de algunos musicos.pero yo tengo presente una pelicula con e.muiño llamada el viejo doctor de 1939 cuya musica incidental la compone delfino y alli hay un trasfondo de piano en una secuencia que es la melodia intermedia del tango cristal ,años mas tarde compuesta la musica por mores.ahora bien tratandose de musica popular admito que es posible cierta similitud en algunos compases,si escuchas el tango quinto año nacional tiene la parte media del tango solo de bandoneon que grabo fresedo con pacheco tango de cadicamo precisamente y lo de troilo en toda mi vida la intermedia es parte de un tango de grupillo que no me acuerdo ahora ,en fin cosas que se hablan ciertas o no para nada para mi empañan el brillo de mores autor de tangos eternos en los repertorios .abrazo juantangos@hotmail.com

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