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jueves, 19 de julio de 2012

Osvaldo Miranda

Este comediante maravilloso, que dejó un frondoso historial como actor, comenzó su carrera como cantor de tango y así apareció en Rascacielos, la obra musical de Francisco Canaro, donde eran principales figuras María Esther Gamas, Dringue Farías y Ernesto Famá. Osvaldo interpretaría 2 canciones en el Teatro Boedo en 1935..

Posteriormente se dedicaría a la interpretación y comenzaría en cine con un pequeño papel en "Los muchachos de antes no usaban gomina", donde debuta Hugo del Carril. Y pasaría a vivir a full la etapa de oro del cine argentino, mostrando sus grandes dotes para la comedia.

Con Irma Córdoba formarían la pareja teatral perfecta para ese tipo de obras y en televisión alcanzaría enorme popularidad. Recibió una gran cantidad de premios por sus actuaciones.

Tuve la suerte enorme de ser su amigo. Él me contó en un programa de Radio que yo conducía, cómo Discépolo acuñó la palabra sanata, hoy tan en boga, al representar un diálogo con Fidel Pintos en Wünder bar. Fué íntimo amigo de Discépolo, que murió en sus brazos. Un momento que nunca pudo olvidar. Y contaba que su mayor orgullo había sido ése, ser amigo de Discepolín. "El fue mucho mi hermano, un poco mi padre y un poco mi hijo. La amistad con Discépolo fue el premio más grande que recibí en mi vida".          

Aníbal Troilo también fue amigazo de Osvaldo, que en realidad fue un tipo muy querido en el ambiente.
                 
Era hincha de Atlanta, el club del barrio de Villa Crespo, donde él nació, en un hogar muy humilde. Su padre murió cuando él tenía 8 años y la madre, española, regentaba un almacén. Lo encontré varias veces en la cancha de la calle Humboldt, en épocas gloriosas para el club bohemio, gritando como loco los goles.

Vivía en la calle Corrientes, al lado de la chocolatería La Giralda. Yo le tiraba de la lengua para que me contase anécdotas de Fernando Lamás, ese actor argentino que llegó a Hollywood con él y Roberto Airaldi para filmar "Los vengadores", y nunca más volvió a Buenos Aires. Fue el amante de grandes estrellas del cine norteamericano. Y ellas lo ayudarían a tener papeles importantes en la Meca del cine. Y Osvaldo era un fenómeno hilvanando recuerdos en ese sentido, porque mantuvo la amistad con Lamas hasta su muerte.

Hoy lo traigo al querido Osvaldo a este rincón, en una escena de la película "El viejo Hucha", dirigida por Lucas Dermare (hermano de Lucio), y con guión de Homero Manzi y Petit de Murat. En ella trabajaría incluso un jovencito Alberto de Mendoza. Miranda hace el papel del hijo empeñado en componer un tango. Muestra en el filme la desenvoltura y simpatía que caracterizaría su carrera.
                                                                             

Finalmente consigue su obejtivo y lo cantará él mismo, en el estreno del tango. En realidad Osvaldo pone su físico y la mímica, porque ya había decidido ser actor y no cantor. Y dobla a Juan Carlos Miranda, el cantor de Chivilcoy, en la versión que éste grabó con la orquesta de Lucio Demare y estrenaron en Radio El Mundo en enero de ese año.

Pero la película le dio otro empujón a ese tango que sería todo un clásico, y acá podemos verlo.





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